Medición independiente de los gases de efecto invernadero emitidos en un periodo concreto por una organización, empresa, evento o producto.
La verificación de la huella de carbono permite a las empresas medir la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos en la ejecución de sus actividades y así demostrar su compromiso con la reducción de los efectos del cambio climático. Las emisiones verificadas pueden ser directas, como actividades productivas, o indirectas, como transporte de mercancías o desplazamientos. La organización debe definir tanto la periodicidad de las verificaciones como los elementos a medir.
Para que la verificación sea válida, debe ser realizada por una entidad independiente como Applus+ Certification, acreditada para llevar a cabo distintos servicios de verificación de huella de carbono:
Servicio dirigido a organizaciones de todo tipo y tamaño que deseen disponer de un Informe de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero verificado por una tercera parte, para inscribir su huella de carbono en registros nacionales o autonómicos y obtener acceso a subvenciones o contratos con aquellas administraciones públicas que contemplen la verificación de huella de carbono como un requisito.
La verificación de la Huella de Carbono del Producto (PCF), según la norma ISO 14067, mide las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas a lo largo del ciclo de vida de un producto, desde la extracción de materias primas hasta su eliminación. Este cálculo ayuda a identificar los puntos críticos de emisión dentro de la cadena de valor, permitiendo a las empresas implementar estrategias de reducción eficaces. Para garantizar la precisión, las empresas deben definir claramente los límites del sistema, eligiendo entre un enfoque “de la cuna a la puerta” (hasta la salida de fábrica) o una evaluación “de la cuna a la tumba” (ciclo de vida completo).
La verificación de la PCF beneficia a diversas organizaciones, incluidas empresas agroalimentarias, compañías que operan en mercados internacionales y entidades que buscan certificaciones ambientales adicionales, como EMAS o Eco-diseño. El proceso de verificación refuerza la confianza de los consumidores y socios comerciales al proporcionar datos transparentes sobre el impacto ambiental. También ayuda a las empresas a identificar las principales fuentes de emisión, cumplir con las normativas ambientales y establecer esquemas de etiquetado ambiental para informar a los consumidores sobre sus esfuerzos en sostenibilidad.
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